Hace un año, cuando empezó la pandemia y se nos obligó a permanecer en nuestras casas, recuerdo pensar aterrada cómo sería la vida dentro de aquella "nueva normalidad" que tanto nos desconcertaba.



"Por ello hoy, un año después, me veo justo donde quiero estar, ya que no hay mejor lugar que el hogar, ni mejor momento que el aquí y ahora".

El miedo a no saber, a no tener fecha de regreso en ese viaje hacia lo desconocido que, para nada, auguraba un final feliz. Con mucho esfuerzo nos fuimos, poco a poco, acostumbrando a no pisar la calle más que cuando era estrictamente necesario, a usar las incómodas mascarillas, a no tocar, a no besar, a no sentir.
Despersonificar nuestro propio ser para convertirnos en meros espectadores del mundo desde un balcón se convirtió en rutina y ésta nos ayudó a volver a reinventarnos en nuevos seres con valores, sueños y deseos diferentes.
Si bien es cierto que la pandemia ha traído mucho malo, si hago introspección también veo cómo ha ayudado a sacar lo bueno en las personas: la solidaridad, el compañerismo, el valor, la resiliencia.
Ahora, un año después, evoco todo aquel torbellino de emociones y me sorprende ver de qué manera esto me ha cambiado para siempre. Ahora, aunque con respeto, trato de volver a mi vida de antes, pero ya nada lo es.
Mi refugio, mi hogar, se ha convertido en mi lugar favorito del mundo, donde nada malo puede pasar y sólo hay sitio para la felicidad y la calma. No me refiero sólo a mi casa, sino a todos aquellos seres que forman parte de mi ser y me alimentan de amor a diario.
Por ello hoy, un año después, me veo justo donde quiero estar, ya que no hay mejor lugar que el hogar, ni mejor momento que el aquí y ahora.
Muchas gracias Rosa. Que al menos nos quede algo positivo. Un beso🤗
Me encanta cómo has definido el Hogar 😁
Y tenemos que intentar quedarnos con algún aprendizaje de este momento tan horrible que estamos viviendo...😊
Ya lo creo Lidia, esta maldita pandemia nos ha cambiado la vida a todos los niveles, pero debemos sacar la parte positiva de todo ésto. Muy buena tu reflexión.
Un beso.